☤CAPITULO
06
☤
Seguí avanzando a paso lento ya que no veía nada a unos metros de distancia, la niebla me lo impedía.
Caminé como una hora por aquel desierto camino, no había nadie ni nada, seguí caminando a paso mas ligero, la niebla seguía siendo densa y hacia mucho frio.
Tras unas horas mas vi a lo lejos una silueta, me paré en seco y observé mejor, pero con la niebla que había no alcanzaba a ver de que se trataba aquella silueta por eso me quedé quieto observando, tras unos minutos vi que aquella silueta se movía, así que salí del camino y continué avanzando entre los arbustos.
Tras unos minutos llegué a la altura de la silueta, me escondí aun mas entre los arbustos y pasé lentamente intentando no hacer mucho ruido, observé de reojo al ser y era como los de antes, tenia también una boca en el estomago, seguí muy despacio hacia delante, tras pasar a aquel ser volví al camino y comencé a correr para alejarme lo mas posible de aquel ser. Pasaron unos minutos y dejé de correr seguí caminando sin parar, ¿por que el agujero me habrá transportado a este lugar? No tengo ni idea pero lo que si se es que este sitio tiene algo que ver con quien me esta haciendo esto.
Entonces detrás de mi oí una voz de hombre que gritaba mi nombre:
-¡Henry! ¡Henry!.
Me giré y vi que un hombre corría hacia mi y no paraba de decir mi nombre.
-¿Que? – Susurré sorprendido.
-¡Henry!
¡henry!. – Aquel
hombre repetía mi nombre una y otra vez mientras se acercaba a
mi.
Al mirarlo me quedé sorprendido ya que yo no lo conocía de nada así que ¿como sabe mi nombre?.
-Ey ¿tu quien eres? ¿Y como sabes mi nombre?. – Pregunté mirando a aquel hombre con extrañeza.
-Am soy...soy. – El hombre se quedó pensativo, después me observó de arriba a abajo y retrocedió asustado. -Tu...tu no eres mi Henry, mi hijo tiene seis años. – Dijo con los ojos llorosos.
-¿Que ha ocurrido?. – Pregunté.
-Mi hijo salió esta mañana a jugar al jardín como siempre. – Respondió aquel hombre.
-¿Y donde esta su hijo ahora?.
-No se donde esta, mi hijo no volvió de jugar, a la hora del almuerzo salí a buscarlo pero él no estaba en el jardín. – Respondió aquel hombre con preocupación.
-¿No estaba por los alrededores?
-No, lo único que se es que no estaba en el jardín ni en los alrededores, fui a casa de la vecina a ver si estaba ahí, pero no estaba y la vecina me dijo que no lo había visto. – Explicó aquel hombre.
-¿Enserio? – Pregunté.
-Si. – Asintió.
-No se preocupe que encontraremos a su hijo. – Dije tratando de calmar a aquel hombre.
-No se donde puede haber ido, pero es muy pequeño ¿y si de ha perdido? O mucho peor ¿y si se ha caído en algún lugar y se ha hecho daño? – Preguntó aquel hombre con angustia.
-No piense esas cosas, ven vayamos a buscarlo ¿donde viven ustedes?.
-En aquella casa de allí. – Dijo el hombre mientras señalaba hacia una pequeña casita.
-Bien pues buscaremos por los alrededores. – Dije.
-Esta bien, muchas gracias, am no se tu nombre. – Habló el hombre mientras me miraba.
-Me llamo Henry.
-Oh, te llamas como mi hijo. Am mi nombre es V...Víctor. – Dijo comenzando a temblar y su cara se volvió pálida
Al mirarlo me quedé sorprendido ya que yo no lo conocía de nada así que ¿como sabe mi nombre?.
-Ey ¿tu quien eres? ¿Y como sabes mi nombre?. – Pregunté mirando a aquel hombre con extrañeza.
-Am soy...soy. – El hombre se quedó pensativo, después me observó de arriba a abajo y retrocedió asustado. -Tu...tu no eres mi Henry, mi hijo tiene seis años. – Dijo con los ojos llorosos.
-¿Que ha ocurrido?. – Pregunté.
-Mi hijo salió esta mañana a jugar al jardín como siempre. – Respondió aquel hombre.
-¿Y donde esta su hijo ahora?.
-No se donde esta, mi hijo no volvió de jugar, a la hora del almuerzo salí a buscarlo pero él no estaba en el jardín. – Respondió aquel hombre con preocupación.
-¿No estaba por los alrededores?
-No, lo único que se es que no estaba en el jardín ni en los alrededores, fui a casa de la vecina a ver si estaba ahí, pero no estaba y la vecina me dijo que no lo había visto. – Explicó aquel hombre.
-¿Enserio? – Pregunté.
-Si. – Asintió.
-No se preocupe que encontraremos a su hijo. – Dije tratando de calmar a aquel hombre.
-No se donde puede haber ido, pero es muy pequeño ¿y si de ha perdido? O mucho peor ¿y si se ha caído en algún lugar y se ha hecho daño? – Preguntó aquel hombre con angustia.
-No piense esas cosas, ven vayamos a buscarlo ¿donde viven ustedes?.
-En aquella casa de allí. – Dijo el hombre mientras señalaba hacia una pequeña casita.
-Bien pues buscaremos por los alrededores. – Dije.
-Esta bien, muchas gracias, am no se tu nombre. – Habló el hombre mientras me miraba.
-Me llamo Henry.
-Oh, te llamas como mi hijo. Am mi nombre es V...Víctor. – Dijo comenzando a temblar y su cara se volvió pálida
-¿Que
ocurre Víctor?.
-T...tu, t...tu, e...eres.... Ahhh… – El hombre se alejó de mi y corrió hacia su casa.
-T...tu, t...tu, e...eres.... Ahhh… – El hombre se alejó de mi y corrió hacia su casa.
Yo
corrí
tras de él y toqué
a la puerta.
-¿Que ocurre? Víctor ábreme, ¿por que has huido así de mi?.
-¡Vete! ¡alejate de mi casa! – Gritaba Victor desde el otro lado de la puerta.
-¿Que ocurre?. – Pregunté sin entender que estaba pasando.
-¡Vete! Una vidente me leyó el futuro y me dijo que un hombre de pelo castaño llamado Henry aparecería de la nada junto a mi casa, me dijo que no lo dejara entrar ya que ese hombre esta maldito y solo traería mal augurio a mi casa, así que vete. – Explicó Victor muy nervioso sin abrir la puerta.
-¿Pero como sabes que soy yo?.
-Te llamas Henry y tu pelo es de color castaño, ademas has aparecido de la nada, eres tu no hay duda, así que vete ¡vete! ¡Alejate de mi casa!. – Gritaba aquel hombre desde detrás de la puerta.
-¿Pero y su hijo? ¿No lo buscamos?. – Pregunté extrañado.
-M...mi hijo, ¡No! ¡yo no tengo hijos! ¡vete de aquí!.
-Pero, usted me ha dicho que su hijo había desaparecido. – Dije muy extrañado del cambio de aquel hombre en cuestión de minutos.
-¡Que yo no tengo hijos! ¡y ahora vete de aquí!.
Me sentía confuso ¿que le pasa a ese señor? Enserio esta muy mal de la cabeza, primero me confunde con su hijo, después me dice que su hijo es pequeño y que ha desaparecido y para mas rareza de pronto se asusta de mi y me dice que no tiene hijos y todo eso de que estoy maldito ¿que le pasa?
-¡Alejate de mi cada o te meto un tiro! – Habló Victor.
Miré hacia la entrada de la casa y vi al señor con una escopeta en la mano y me estaba apuntando con ella.
-¡Fuera! – Gritó Victor mientras me apuntaba con la escopeta.
-Ey deja de apuntarme con esa escopeta, Víctor calmate, yo no voy a hacerte daño. Tranquilizate por favor.
-¡Vete! ¡que te vayas de una puta vez!. – Habló aquel hombre muy nervioso sin dejar de apuntarme con la escopeta.
-Esta bien ya me voy pero deja de apuntarme con eso.
-¡¡FUERA!! – Gritó aun mas fuerte aquel hombre.
Me alejé de allí a paso ligero ya que no quería que ese loco me metiera un tiro, al haberme alejado unos metros me giré y observé, vi que el señor entraba en su casa.
Yo seguí por el camino, tss vaya hombre mas raro, esta loco, joder esta bien loco.
Tras una media hora caminando por aquel camino llegué a una especie de cruce, me quedé dudando hacia donde tirar.
-¿Que ocurre? Víctor ábreme, ¿por que has huido así de mi?.
-¡Vete! ¡alejate de mi casa! – Gritaba Victor desde el otro lado de la puerta.
-¿Que ocurre?. – Pregunté sin entender que estaba pasando.
-¡Vete! Una vidente me leyó el futuro y me dijo que un hombre de pelo castaño llamado Henry aparecería de la nada junto a mi casa, me dijo que no lo dejara entrar ya que ese hombre esta maldito y solo traería mal augurio a mi casa, así que vete. – Explicó Victor muy nervioso sin abrir la puerta.
-¿Pero como sabes que soy yo?.
-Te llamas Henry y tu pelo es de color castaño, ademas has aparecido de la nada, eres tu no hay duda, así que vete ¡vete! ¡Alejate de mi casa!. – Gritaba aquel hombre desde detrás de la puerta.
-¿Pero y su hijo? ¿No lo buscamos?. – Pregunté extrañado.
-M...mi hijo, ¡No! ¡yo no tengo hijos! ¡vete de aquí!.
-Pero, usted me ha dicho que su hijo había desaparecido. – Dije muy extrañado del cambio de aquel hombre en cuestión de minutos.
-¡Que yo no tengo hijos! ¡y ahora vete de aquí!.
Me sentía confuso ¿que le pasa a ese señor? Enserio esta muy mal de la cabeza, primero me confunde con su hijo, después me dice que su hijo es pequeño y que ha desaparecido y para mas rareza de pronto se asusta de mi y me dice que no tiene hijos y todo eso de que estoy maldito ¿que le pasa?
-¡Alejate de mi cada o te meto un tiro! – Habló Victor.
Miré hacia la entrada de la casa y vi al señor con una escopeta en la mano y me estaba apuntando con ella.
-¡Fuera! – Gritó Victor mientras me apuntaba con la escopeta.
-Ey deja de apuntarme con esa escopeta, Víctor calmate, yo no voy a hacerte daño. Tranquilizate por favor.
-¡Vete! ¡que te vayas de una puta vez!. – Habló aquel hombre muy nervioso sin dejar de apuntarme con la escopeta.
-Esta bien ya me voy pero deja de apuntarme con eso.
-¡¡FUERA!! – Gritó aun mas fuerte aquel hombre.
Me alejé de allí a paso ligero ya que no quería que ese loco me metiera un tiro, al haberme alejado unos metros me giré y observé, vi que el señor entraba en su casa.
Yo seguí por el camino, tss vaya hombre mas raro, esta loco, joder esta bien loco.
Tras una media hora caminando por aquel camino llegué a una especie de cruce, me quedé dudando hacia donde tirar.
Había
dos direcciones hacia la derecha o seguir recto, observé
el camino de la derecha y vi unas siluetas entre la niebla, eso me
dio muy mala espina así que decidí seguir recto, así que tomé
el camino de enfrente, caminé
entre la niebla un par de horas, mis pies me dolían y ese camino aun
seguía, no había edificios ni nada, solo había camino y mas
camino.
Tras unos diez minutos me tuve que parar y sentarme sobre el pequeño muro que había al lado del camino, ya que mis pies me estaban matando, me dolían y no podía dar un paso mas, me quedé allí sentado un par de minutos, pero mi descanso duró poco ya que comencé a oír pisadas entre la maleza y quejidos.
-¿Quien anda ahí?. – Susurré.
Obviamente nadie me respondió, no se ni para que pregunto.
Me levanté del muro y observé a mi alrededor, allí no había nadie, pero la niebla era mucho mas densa cosa que me impedía ver mas allá de mi propia nariz, suspiré, saqué la cañería y avancé, seguía oyendo pisadas y quejidos pero de momento seguía hacia delante poco a poco, avancé unos metros cuando delante de mi pude ver una silueta que parecía ser un gran edificio, rápidamente corrí hacia allí y entré al edificio.
No sabia lo que habría allí dentro pero al menos no había niebla y vería bien a mi alrededor.
Al entrar en el edificio vi un gran vestíbulo, se oían crujidos y golpes allí dentro, vaya lo que hacia falta.
Tras unos diez minutos me tuve que parar y sentarme sobre el pequeño muro que había al lado del camino, ya que mis pies me estaban matando, me dolían y no podía dar un paso mas, me quedé allí sentado un par de minutos, pero mi descanso duró poco ya que comencé a oír pisadas entre la maleza y quejidos.
-¿Quien anda ahí?. – Susurré.
Obviamente nadie me respondió, no se ni para que pregunto.
Me levanté del muro y observé a mi alrededor, allí no había nadie, pero la niebla era mucho mas densa cosa que me impedía ver mas allá de mi propia nariz, suspiré, saqué la cañería y avancé, seguía oyendo pisadas y quejidos pero de momento seguía hacia delante poco a poco, avancé unos metros cuando delante de mi pude ver una silueta que parecía ser un gran edificio, rápidamente corrí hacia allí y entré al edificio.
No sabia lo que habría allí dentro pero al menos no había niebla y vería bien a mi alrededor.
Al entrar en el edificio vi un gran vestíbulo, se oían crujidos y golpes allí dentro, vaya lo que hacia falta.
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