DEVASTACIÓN (FanFic -Yaoi) -- CAPITULO 08

☣Capitulo: 08☣

-Hombre: Eso debería de preguntarlo yo ¿Que haces en mi casa?.
-Ryoga: ¿Eres el padre de Ciara?.
-Hombre: Si, me llamo Shoyo ¿y tu eres?.
-Ryoga: Yo soy Ryoga, he cuidado a tu hija desde ayer, me la encontré aquí sola.
-Shoyo: A pues gracias.
-Ryoga: Será mejor que subas, tu mujer y tu hija están asustadas, pensaban que había entrado un mutante.
-Shoyo: Em esta bien.
El hombre subió y yo tras él, tocó a la puerta.
-Shoyo: Julia ábreme, soy yo Shoyo.
Julia enseguida abrió la puerta, entonces Ciara se abrazó a su padre.
-Ciara: Papá, has vuelto.
-Shoyo: Si, hija.
-Julia: Hola Shoyo.
Vaya manera mas fría de recibir a su marido, vaya se notaba demasiado que estaban enfadados, (Yo prefiero no meterme).
-Ryoga: Bueno, ya esta amaneciendo así que yo aprovecharé para irme ya. Shoyo cuida mucho de ellas, sobretodo de Ciara, es un niña estupenda.
-Shoyo: Gracias por todo y descuida que cuidaré de ella.
-Ciara: Adiós Ryoga.

Ciara corrió hacia mi, yo la cogí en brazos y nos abracemos, ella me miró y pasó su manita por mi mejilla.

-Ciara: Cuidate mucho, no quiero que te pase nada malo. Has sido muy bueno conmigo. Te quiero mucho Ryoga.
Yo le sonreí.
-Ryoga: Tranquila, que estaré bien.
-Ciara: Te quiero mucho, Ryoga.-Me dio un beso en la mejilla.
Yo la dejé en el suelo, ella corrió hacia su padre, este la cogió en brazos.

Recogí mis cosas y salí de la casa. Entonces oí la vocecita de Ciara, me giré y la vi con su osito de peluche agarrado, ella me decía adiós con la mano.
-Ryoga: Adiós Ciara.
-Ciara: Adiós, cuidate mucho.-Comenzó a llorar y se metió dentro de la casa.

Yo seguí caminando y me alejé de allí, se me saltaron las lagrimas, la verdad es que le había cogido cariño a aquella niña en muy poco tiempo, era adorable, espero volverla a ver pronto. Me adentré en el bosque y seguí mi camino.
Pasadas unas horas llegué a una explanada llena de escombros, la verdad es que se ve que en esta parte el terremoto había sido mas fuerte, por que estaba todo derruido.
Caminé entre los escombros, cuando oí un ruido detrás de mi, me giré rápidamente y vi que era una especie de lobo, pero no era un lobo normal, era mas bien un lobo mutante, tenia la piel de color gris, sus ojos eran completamente negros y su lengua era muy larga, tenia una cola con pinchos, era muy desagradable, yo corrí para alejarme de aquella cosa, con tan mala suerte que tropecé con una piedra y caí al suelo, aquella cosa saltó sobre mi, yo forcejeé con aquello, la verdad es que tenia bastante fuerza, le agarré el hocico con ambas manos e intentaba empujarlo para alejarlo de mi y que no me mordiera, pero mis fuerzas estaban comenzando a fallar y aquella cosa estaba a punto de morderme, sentía su aliento putrefacto en mi cara, volví la cara, e intenté darle un empujón para quitarlo de encima mía, pero sin éxito, entonces oí un disparo y aquella cosa se desplomó sobre mi, rápidamente le di un empujón, lo quité de encima mía y me levanté, miré hacia delante y vi a un hombre.
-Ryoga: Gracias, me acaba de salvar la vida.
-Hombre: No me las des. Y ahora será mejor que corras, el sonido del disparo atraerá a mas lobos de esos. Yo que tu comenzaba a correr.
-Ryoga: Esta bien, muchas gracias de nuevo.
Volví a mirar hacia donde estaba aquel misterioso hombre, pero ya se había ido. Oí unos aullidos, comencé a correr la verdad es que no quería estar ahí cuando llegaran mas lobos de esos.

Tras un rato corriendo sin parar, llegué a la boca del metro, sin dudar ni un solo segundo bajé por las escaleras y al llegar abajo encendí la linterna (ya que estaba todo muy oscuro). Alumbré hacia delante y vi que las paredes estaban manchadas de sangre, además de que había un desagradable olor. Avancé por el pasillo y llegué a las vías del tren, un poco mas adelante me encontré con el tren parado, entré en el. No había nada interesante allí dentro, así que me bajé del tren y seguí caminando por las vías.

Tras varios minutos caminando, oí un alarido que provenía de detrás, aligeré el paso, pasados unos segundos oí otro alarido, así que comencé a correr, se oían ruidos y pisadas, seguí corriendo sin parar. Pasado un rato, tuve que pararme por que no podía mas, me faltaba el aliento y mis piernas me pesaban, así que me senté en el poyete de la vía y ahí me quedé unos minutos, una vez hube recuperado el aliento, me levanté y seguí caminando por la vía. Iba caminando a paso ligero,cuando de pronto oí un alarido que me puso la piel de gallina, sentí terror al oír aquel sonido, además provenía de a donde yo me dirigía, me paré en seco y oí aquel espantoso alarido otra vez. Sentí verdadero miedo, me quedé allí parado pensando si seguir hacia delante o volver por donde había venido. Tras varios minutos pensando que hacer, por fin tomé una decisión.

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