💘Capitulo: 02💘
-¿Tu?… ¿que
haces aquí? – Pregunté extrañada mirando a aquel tipo.
-Pues, no iba a
dejarte sola después de lo que me dijiste que te seguía alguien,
así que decidí ir tras de ti hasta ver que llegabas a casa. –
Respondió con voz tranquila mientras seguía con su mano agarrando
mi brazo. -Apoyate en mi, te ayudaré a levantarte.
Poco a poco y con la
ayuda de aquel hombre me levanté, al hacerlo mi rodilla derecha me
dolió bastante.
-Ah…
-Veo que te duele,
bueno es normal te has echo una herida algo grande. – Dijo mirando
mi rodilla.
Miré mi rodilla y
pude ver un agujero en mi pantalón y que la herida que tenia en mi
rodilla sangraba un poco.
-Ah bueno es solo un
rasguño, pero si que duele un poco, al llegar a casa limpiaré la
herida.
-Si quieres puedo
acompañarte al centro de salud. – Dijo aquel hombre mientras
seguía mirando la herida en mi rodilla.
-No hace falta,
ademas no iré al centro de salud por un rasguño. – Dije mirando
al hombre.
-Bueno como gustes,
pero al menos dejame que te acompañe a casa.
-Pues… – Me
quedé pensativa unos segundos.
-No es por asustarte
aun mas de lo que ya lo estas, pero mientras te seguía pude ver la
silueta de alguien mas que te seguía, no fui capaz de ver su rostro,
pero no puedo dejar que te vayas sola.
Al oír lo que aquel
hombre me dijo suspiré y un escalofrío recorrió mi espalda.
-¿Viste que me
seguía alguien? – Pregunté con la voz temblorosa.
-Si… como te he
dicho solo fui capaz de ver su silueta, pero es mejor que te
acompañe, tal vez si ve que no vas sola deje de seguirte.
-Bueno esta bien,
total si hubieras querido hacerme daño ya me lo hubieras echo, uhm
bueno vamos.
Comencé a caminar
pero mi pierna falló y casi me caigo de no ser por aquel hombre que
me agarró de la mano.
-Gracias – Dije
mirando hacia el suelo.
-No tienes que
agradecerme nada, pequeña – El hombre sonrió.
Lo miré y le
devolví la sonrisa.
-Por cierto mi
nombre es Kanna.
-Un gusto Kanna, mi
nombre es Kiyoharu.
-El gusto es mío y
muchas gracias por preocuparte por mi. – Dije un poco avergonzada.
-No tienes que
agradecerme nada.
-Bueno… al menos
dejame que te invite a un café, tal vez otro día ¿que me dices?
-Pues que no
rechazaré tal invitación. – Dijo sonriendo.
-Bien, así podré
agradecerte lo que estas haciendo por mi esta noche.
-Bueno pero te
repito que no tienes que agradecerme nada, ten. – Se sacó una
tarjeta del bolsillo y me la dio.
Agarré la tarjeta
que me estaba dando y la miré.
-En esa tarjeta
tienes mi numero de teléfono, así podrás llamarme cuando quieras
para invitarme a ese café que has dicho o también puedes llamarme
cuando gustes o cuando necesites que te escolte. – Esbozó una
pequeña sonrisa.
-Oh pues gracias,
pero yo… no quiero causarte mas molestias.
-No me causas
molestia alguna.
-Esta bien, muchas
gracias.
-Ey que no me
agradezcas mas, venga vamos. Ah por cierto si ves que te duele mucho
la rodilla y no puedes caminar dímelo que yo te llevo en mis brazos.
– Me miró y sonrió.
-No creo que haga
falta mi casa ya esta cerca, venga vamos. – Dije comenzando a
caminar.
Iba a paso lento ya
que mi rodilla me dolía bastante al apoyar el pie en el suelo, pero
no dije nada y seguí adelante disimulando el dolor que sentía a
cada paso que daba con aquella pierna, tras unos segundos volví a
oír aquellas pisadas.
-¿Lo has oído? –
Miré a Kiyoharu.
-Si lo he oído,
parece que quien sea que te esta siguiendo no se da por vencido,
sigamos yo te protegeré si ese tipo intenta hacerte daño.
Seguí caminando sin
decir nada, la verdad es que me sentía un poco mal por las molestias
que le estaba causando a aquel hombre.
-¿Que piensas? –
Me miró mientras seguía caminando con sus manos en los bolsillos de
la chaqueta.
-Oh esto… no
pensaba nada jeje. – Reí nerviosa y seguí caminando.
-Bueno esta bien. –
Continuó caminando a mi lado.
Tras unos minutos al
fin lleguemos a mi casa, me detuve frente a la casa y miré a
Kiyoharu.
-Es aquí, esto…
muchas gracias por acompañarme y preocuparte por mi.
-No tienes que
agradecerme nada pequeña, ha sido un placer y siento un gran alivio
al haberte acompañado. – Esbozó una sonrisa mientras me miraba.
-Esto… has sido
muy amable.
-Me debes un café,
lo dijiste antes – Dijo mirándome.
-Claro que si, yo te
llamaré. – Lo miré.
-Esperaré esa
llamada – Sonrió y se acercó un poco mas a mi.
No sabía que estaba
tramando aquel hombre, pero su actitud conmigo era muy rara, me
protegía sin casi conocerme, iba a cruzar la calle cuando sentí que
me agarraba del brazo suavemente, me giré y lo miré sorprendida.
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